La rinoplastia abierta y la rinoplastia cerrada son procedimientos quirúrgicos que se utilizan para mejorar la nariz en diversos aspectos, corrigiendo la asimetría nasal y mejorando las proporciones nasales. La mayoría de las rinoplastias tienen fines estéticos, pero también pueden tener beneficios médicos (mejora de la respiración). Los principales factores decisivos entre una rinoplastia abierta y una cerrada son los cambios específicos que se deben realizar en la nariz y la magnitud de estos cambios.

Rinoplastia abierta

Durante una rinoplastia abierta, se realiza una incisión a lo ancho de la columela, justo debajo de la punta de la nariz. Esto permite al cirujano levantar la piel hacia atrás, mientras disecciona cuidadosamente el cartílago nasal. Con la piel levantada, el cirujano tendrá una amplia visibilidad y mayor precisión al corregir las preocupaciones estéticas y funcionales que pueda tener el paciente. Una vez finalizada, se reubicará la piel sobre la estructura ósea y se realizará cualquier contorno y modelado externo. Finalmente, se cerrará la incisión con suturas y se colocará una férula o yeso externo. La principal desventaja que refieren los pacientes para la rinoplastia abierta es que queda una pequeña cicatriz debido a la incisión transcolumelar. Sin embargo, la cicatriz cicatriza significativamente durante los primeros 6 meses y se vuelve prácticamente invisible.

Rinoplastia cerrada

Durante una rinoplastia cerrada, las incisiones quedan ocultas tras la nariz del paciente. Esta cirugía implica modificaciones en las fosas nasales, lo que requiere un cirujano altamente capacitado con un buen conocimiento de la estructura anatómica. En la rinoplastia cerrada, la cirugía suele ser más rápida que en la rinoplastia abierta, y el tiempo de cicatrización y recuperación es menor. Otra ventaja importante de la rinoplastia cerrada es que, con este procedimiento, no hay riesgo de cicatrices externas debido a las incisiones en las fosas nasales.