- Evite la Ansiedad y No Se Quede Con Dudas
Plantee a su cirujano las dudas que tenga para que desaparezcan y adopte confianza y tranquilidad con la cirugía a la que se someterá. Es necesario que sepa bien en qué consiste el tratamiento de rinoplastia al que se va a someter para evitar las sorpresas a posteriori.
- No Use Maquillaje Ni Joyas El Día De La Cirugía
No aplique ningún producto cosmético en el rostro o en el cabello el día de la cirugía, pero lávese bien la cara para reducir el nivel de bacterias e impurezas. Evite broncearse antes de la cirugía, ya que puede causar inflamación de la piel. No consuma ningún tipo de alimento ni bebida durante al menos ocho horas antes de la rinoplastia y duerma bien por la noche.
- No Tome Determinados Medicamentos y Suplementos
Dos semanas antes de la rinoplastia se deberán evitar los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, ibuprofeno) y la vitamina E para prevenir el riesgo de sangrado excesivo durante la operación. Los suplementos de hierbas y los aceites de pescado son anticoagulantes y también deben evitarse antes de la operación. Se recomienda que solo tome la medicación prescrita por su médico.
- No Fume
No fume y no se exponga al humo de otros fumadores. La nicotina puede provocar complicaciones graves durante la rinoplastia. El mero hecho de fumar hace que la nicotina restrinja la cantidad de oxígeno que llega a diferentes partes del cuerpo. Además, el dióxido de carbono también afectará de manera negativa a los vasos sanguíneos, lo que dificultará la curación adecuada o podría causar complicaciones durante la cirugía. Evite fumar de dos a tres semanas antes de la cirugía, pero la pauta general es "cuanto más tiempo, mejor" para garantizar los mejores resultados.
- Deje de Consumir Alcohol Dos Semanas Antes de la Cirugía
El alcohol "licua o adelgaza" la sangre y, por lo tanto, puede provocar complicaciones graves con sangrado excesivo o causar riesgos anestésicos.
- Evite Consumir Ciertos Alimentos.
Deberán evitarse todos aquellos alimentos que provocan aumento de la presión arterial, debilitan el sistema inmunitario (alimentos ricos en azúcar y carbohidratos refinados) o los que provocan adelgazamiento de la sangre (jengibre, berenjena, tomate, entre otros).
